Problemas comunes para dormir. Las señales de advertencia de un mal colchón no siempre son obvias, pero si experimenta alguno de los siguientes, podría ser una indicación de que su colchón no está funcionando como debería.
Molestias y dolores:
Despertarse con dolores y molestias puede deberse a que las capas de comodidad de su colchón se rompen, causando puntos de presión cuando se hunde en el núcleo de soporte más firme.
Dormir mal:
Dar vueltas y vueltas sobre un colchón incómodo puede resultar en una mala calidad del sueño, incluso si no eres consciente de ello. Si ya no te despiertas sintiéndote renovado, es posible que tu colchón esté al final de su vida útil. Otros signos de que su colchón está afectando su sueño incluyen despertarse varias veces por noche o tardar más de lo habitual en conciliar el sueño.
Flacidez:
Casi todos los colchones comienzan a hundirse con el tiempo con el peso del cuerpo noche tras noche. Un colchón hundido puede provocar un soporte espinal desigual, lo que puede causar que se acumule presión en la espalda y el cuello mientras duerme. Ver hendiduras corporales permanentes en el colchón es una clara señal de que necesita ser reemplazado.
Soporte deficiente:
Las capas del colchón están diseñadas para trabajar juntas para soportar la forma de su columna vertebral. Las capas de comodidad deben ajustarse para fomentar la alineación adecuada de la columna sin un hundimiento excesivo. De manera similar, el núcleo de soporte debe proporcionar una base estable para sostener las partes más pesadas del cuerpo y mantener la columna en un plano uniforme. Si se despierta rígido y adolorido, puede deberse a un colchón que no apoya.
Calor excesivo:
la capacidad de regulación de la temperatura de un colchón depende principalmente de los materiales utilizados en su construcción. Los colchones con núcleos de soporte en espiral tienden a dormir más frescos, mientras que los colchones de espuma atrapan más calor debido a su construcción sólida.